28 abril 2009

Asesino profesional

Adoro mi trabajo. Hay quien me tacha de mala persona, de no tener escrúpulos ni corazón. No deja de resultarme contradictorio, y por eso me entusiasma.
Yo lo sé todo. Y no es por parecer importante, simplemente es así. Conozco el pasado, el presente y, sobre todo, el futuro. El futuro lo creo yo.
No hay fantasmas, ni limbos, ni cielos ni infiernos, ¿sabéis? En realidad todo es mucho más simple. Yo fui el creador, y hoy soy el que se cansa de vosotros y os destruye. Me aburro tanto, tanto, contemplando vuestras preocupaciones, vuestros vicios, vuestros miserables problemas… Me aburrís.
Por eso siento la adrenalina corriendo por mis venas cada vez que preparo el veneno con el que os extermino: un chute de emoción en este mundo insípido con olor a basura.
Sangre… me excita el olor de la sangre humana. Es lo único que consigue eliminar por un instante el hedor a azufre y mierda que inunda vuestras ciudades, vuestras casas, vuestras mentes.

Ahí están. Juan, soltero, pelo moreno y ojos pequeños. Laura, delgada y ojos brillantes. Les veo acercarse paseando por el parque charlando animadamente. Se conocieron ayer en la cola del cine, y él estuvo ágil al captar la atención de ella y conseguir invitarla a tomar un café.
Saco mi arma y me tumbo completamente sobre el tejado para no ser visto. Agudizo la vista y espero pacientemente a que llegue el momento justo.
Se sientan en un banco y se ríen, ajenos al resto del mundo. Él me gusta. Creo que será un buen sicario.

Ahora.
Primero disparo a la chica, justo en el corazón. Zas, un golpe certero, tan exacto que desde mi posición puedo sentir mi veneno más letal acariciándole las entrañas… Ni siquiera siente nada, pobre.

Es el turno de Juan. Para él tengo preparada otro tipo de muerte, mucho más bonita e irónica.
Le disparo también, pero tratando de no tocar el corazón. Dirijo mi tiro más arriba, a la cabeza, justo donde guardan los humanos su sentido del deber y la justicia. Donde anidan los miedos, las inseguridades, la ira, los celos.
Otro disparo perfecto: misión cumplida.

En unos meses, Laura y Juan se casarán y tendrán un bebé. Poco a poco mi veneno irá haciendo mella en sus cuerpos mortales, muy lentamente, hasta que no quede nada de sus anteriores mentes ni corazones.
Él comenzará a beber más de la cuenta, a gastar todo el dinero que tienen, a darle palizas a su esposa.
Ella seguirá ciega hasta el fin de sus días. Hasta que su débil cuerpo no aguante más, y muera desangrada sobre el suelo de la cocina frente a su marido, que la observará con el cuchillo en la mano y los ojos encendidos.
Me encanta esta sensación, el poder sentir en mi piel todo lo que sé que sucederá inexorablemente. Supongo que vosotros los humanos lo llamaríais orgasmo, aunque jamás podréis llegar a sentir nada tan intenso ni placentero…

Les veo alejarse cogidos de la mano y sonrío. No me negaréis que es curioso que yo, el Amor en persona, sea incapaz de amar a nadie más que a mí mismo.

24 abril 2009

Rosa rosae

Ayer me regalaron cinco rosas, bombones con pétalos de rosa, un punto de libro de rosas y sorbete de fresa con esencia de rosa. No lo digo por fardar, (de hecho creo que hubiese preferido menos rosas y más libros) sino para comenzar dejando bien claro que lo que voy a decir ahora no es fruto de la envidia o la rabia. Sólo de la pena.

En San Jordi todas las chicas de Barcelona tienen que pasearse por la calle con una rosa, al menos. En teoría tu chico, tu padre, tu hermano o cualquier hombre que te aprecie debere regalarte la flor si quiere respetar la tradición, así que cuando vas caminando por Rambla Cataluña con tu rosa en mano es como si llevases un cartel que diga "pues sí, a mí también me quieren". Absolutamente todas las mujeres, ya sean niñas, jovencitas de buen ver, ancianitas o marujonas en bata lucen sus flores tanto como pueden, aunque sea muy incómodo pasarte el día con la rosaca y la espiga y el pedazo de papel que le ponen de una mano a otra.

Mientras caminaba anoche por Rambla Cataluña de vuelta a casa, me puse a observar los restos de la inundación florida y a las pocas parejas que aún quedaban paseando de la mano, y no pude evitar acordarme de aquellos tiempos en los que yo paseaba sola por el mundo. Por aquel entonces lo más probable es que de haber vivido en Barcelona no hubiese recibido ninguna rosa por San Jordi...
Mi sonrisa se congeló, y mi mente comenzó a vagar otra vez sin poder remediarlo por aquella amargura de saber que era invisible; aquella certeza de soledad que empapaba de lágrimas mis tardes adolescentes.

La camarera del bar donde como a diario estaba limpiando las mesas para cerrar su local. Pasé junto a ella y observé su frente sudorosa, sus manos cansadas y ese gris en la mirada que denota hastío y pesadumbre. Me acerqué a ella, la saludé con la mirada y le tendí una de mis rosas, consciente de que lo más probable es que fuese la primera que recibía ese día.

Entonces ella dejó el trapo sobre una mesa, puso los brazos en jarras y exclamó, tratando de parecer alegre:

-¡Gracias, Bea! Es la segunda que me regalan hoy, me ha hecho mucha ilusión...

Vaya, pensé yo, enfurruñada. Se me han adelantado...
Ella pareció captar mis pensamientos y me dijo, ufana:

-La primera me la compré yo misma, esta mañana.




Me despedí de ella con un gesto cariñoso, mirando mis rosas de otra manera.
Aún tengo mucho que aprender en esta vida... así que abriré bien los ojos, agudizaré el oído y dejaré que mi pasado se quede donde está, de una vez por todas.

21 abril 2009

Asertividad.

Una de la tarde del medio día de hoy. La Rizos se dispone a zamparse un menú del Pans & Company de Rambla Cataluña compuesto por bocata de pollo, coca-cola light (sigh) y patatas fritas.
Le da un mordisco al bocadillo, aceptable. Bebe un sorbo de coca-cola, prueba una patata y... ARG! Horror. Recalentadas, duras, secas, insípidas. Mi mente hace un cálculo veloz y adivina el tiempo que llevan fritas: media hora. He de decir que una sibarita de las patatas como yo es incapaz de tomarse algo así, y mucho menos tras haber pagado una cantidad más que notable por ello... así que me levanté y me dirigí rauda hasta la barra con el sobrecito de patatas y le dije a la cajera, poniendo mi mejor cara de Bambi:
-Disculpe, estas patatas están recalentadas y no se pueden comer. No me importa esperar un rato, pero ¿podrían prepararme otras?

Durante 0,2 segundos la chica se quedó pasmada, no sé si porque no está acostumbrada a que le hagan este tipo de quejas o a que se las hagan con tanta educación. Lo digo con conocimiento de causa, que sufro en mis carnes a diario la pichacortez y estreñimiento de miles de personas que vienen a quejarse de mala manera a mi academia por cosas completamente estúpidas...

Al final, cogió las patatas y sin mediar palabra se metió en la cocina, ( escuché cómo comentaba con otra lo ocurrido, y cómo se mofaban que las patatas esas no estaban tan malas) y yo volví a mi mesa a seguir dando buena cuenta de mi bocata.

Tardaron cinco minutos en volver a prepararme una ración de papas más que decente, calentitas y crujientes. Cuando otra mujer salió de la cocina y las depositó en la bandeja, mirando hacia abajo, amplié mi sonrisa hasta el infinito y le dije:
-Muchas gracias. Y dígale que se lo agradezco también a la persona que las volvió a hacer...

La chica fue entonces quien sonrió, (-¡fui yo! ^_^) y volvió a meterse en la cocina no sin antes preguntarme, aún con risa floja: ¿quieres ketchup o mayonesa? ¿están buenas éstas?


Conclusiones y moralejas varias: ser asertivo y exigir lo que pagas no significa ser borde. Si todo el mundo fuese consciente del poder de una sonrisa, las guerras la utilizarían como arma principal y se olvidarían de bombas...

Ah, otra conclusión: las trabajadoras del Pans de Rambla Cataluña son muy majas. Verdaderamente no les costaba nada volver a prepararme las patatas, y además lo que conseguían con ello era mucho más importante: una cliente satisfecha.
Ojalá muchas empresas mayores tomasen nota.

18 abril 2009

Con mucho gusto

La memoria a veces me recuerda a una de esas niñas traviesas y descaradas que, con los ojos brillantes y la boca mellada, nos dan un abrazo meloso y zalamero justo después de cometer una trastada. En ocasiones dulce, otras más amarga, es capaz de despertar todo tipo de sentimientos y emociones encontradas en nuestro interior, en esa parte del cerebro que reservamos para nuestros recuerdos más preciados.
Y cuando la memoria se va de cañas con los sentidos, (sobre todo con el del oído y el del olfato) nos volvemos meras marionetas del pasado y revivimos fácilmente nuestra época escolar al escuchar aquellas canciones que escuchábamos de niños o al oler a caramelo y algodón de azúcar. ¿Quién no se ha puesto tonto cuando al encender la radio del coche vuelve a escuchar aquella canción de los Piratas con la que lloró al perder a su primer amor? ¿Quién no recuerda a qué olía mamá, dejando esa estela perfumada allá por donde sonaban sus tacones por el pasillo?

Hoy me puse a pensar en esos resortes que activan nuestros recuerdos mientras me zampaba un bocadillo de tortilla de patatas, y entonces me acordé. Volví la vista atrás y me encontré con aquella chiquilla vestida de uniforme, con falda de tablas y calcetines azules hasta las rodillas. Recordé como si no hubiesen pasado quince años a qué olían los bocatas que repartían las monjas en el recreo, pura delicia para nuestros paladares, y lo contenta que me ponía cada mañana al dar las once y colarme por entre los chicos mayores que hacían cola en el bar hasta conseguir uno de esos tesoros.
También me acordé de aquellos caramelos de color morado que imitaban a las violetas, con ese aroma floral y ese sabor tan suave que me volvía loca y que yo guardaba como oro en paño en bolsitas de plástico, para comérmelos a escondidas entre clase y clase.

Sonriendo, dejé que el tiempo pasara unos años en mi mente hasta llegar a los menús de la facultad de Filología Inglesa. Por seis euros te ponías morado a base de macarrones, ensaladas, sopas, cremas, carnes y guisos. Aún recuerdo bien lo riquísimo que me sabía el pollo al horno con patatas después de las seis horas seguidas de clase de los viernes, y de cómo empezábamos las tardes entre cafés aguados y risas, haciendo planes para el fin de semana.

Avanzando algo más en la historia gastronómica de mi vida llegué hasta mis tres años de Turismo y me detuve para recordar a Antonio, a Luismi, a Cristelle, a Fernando. A aquellas horas de clase de inglés que perdíamos -sinvergüenzas- desayunando en la Baranda y tomándonos un Reliao y un mitad doble. Creo que jamás conseguiré prepararme un bocadillo tan bueno como el Reliao, quizá porque ni el lugar, ni la compañía ni el momento sean los mismos.

Acabé la facultad y llegué al hotel, donde probé por primera vez todos los granizados del mundo y el helado barato de máquina. Es curioso lo rico que me sabía entonces, debido quizá al calor que hacía y a lo mucho que me refrescaba después de bailar con los guiris durante horas.
Esa fue también la época del Swan y de los White Russian, de los camperos de Mafalda y de las pipas Tijuana.


Y hoy, que me emociono con una ración de bravas del Bar Tomás y que adoro los mojitos frutales de mi bar favorito del Born, sé que estoy creando de alguna forma esos recuerdos juguetones y alegres que algún día volverán a hacerme cosquillas cuando, allá donde sea que yo baile en el futuro, alguien me ofrezca un cóctel con frutas y no pueda más que sonreir al acordarme de aquellos días en Barcelona en los que retomaba mis clases de salsa los sábados por la noche y las regaba con cócteles brindando por ti, por mí. Por todos nosotros.











Seguro que tú también recuerdas algo que comías o bebías en los mejores momentos de tu vida. ¿Me lo cuentas?

17 abril 2009

Señales III

Igual que una pesadilla horrible, la maldición de mi cumpleaños continúa una vez más. Para darle un toque pintoresco y universal a mi desgracia, la diosa Fortuna ha querido que esta vez sufran también mis seres queridos aunque estén viviendo muy lejos de donde yo bebo biofrutas a diario...

Además, cada año la maldición comienza a hacer de las suyas un poco antes, empezando ya en marzo con sus idas y venidas... con lo que yo me pregunto con horror si llegará el día en que el apocalipsis rizocumpleañero se extienda durante todo el año y no sólo en los días previos al 25 de abril. Esperemos que no y que todo esto sea una broma de mal gusto por parte de la pitonisa Lola, que se enfadó conmigo cuando leyó algún post en mi blog criticándola o algo así... Porque algún día se acabará, supongo.
Algún día temeré más a las posibles arrugas que se vayan formando en mi rostro con el paso de los años que el mero hecho de cumplirlos.
Algún día podré dejar de soplar las velas con miedo de que sean explosivas.
Algún día...
Mientras tanto, y como siempre os ruego: no salgáis de casa hasta que pase abril. Por si acaso.

13 abril 2009

Ya estoy aquí

Málaga ha sido para mí una especie de Paraíso, de retiro espiritual, de resort vacacional. Os dejo algunas pruebas de ello:

Vistas desde mi terraza


Qué mejor forma de comenzar la mañana...



Alguien voló sobre los cáctus de papá...



Orquídeas de mamá


Mi playa


Adolfo y yo en el Cohiba



Mojitos playeros



Atardecer en Pedregalejo


Me estaban esperando



Mi pequeño orejoso


Servidora

06 abril 2009

E cuando arribo a casa...

Pues sí; servidora ya ha terminado de hacer la maleta, y esta noche se va de vacaciones de Semana Santa a Málaga.
Volveré la semana que viene... Hasta entonces espero que seáis buenos, que lo paséis bien y que me cuidéis a las ovejas como si fuesen vuestras.

¡Un besote!

03 abril 2009

ELIGE TU PROPIO FINAL

Tal y como prometimos, Rizos Productions llega hoy para ofreceros El Final Imposible... una mezcla entre thriller psicológico, comedia romántica, dramón de A3 a las cuatro de la tarde y Brokeback Mountain que espero que os guste.

El experimento no es otro que el siguiente: he escrito el comienzo de una historia algo chorra, sin profundizar mucho para darle muchas posibilidades.
Luego he invitado a mis mejores amigos bloggeros a continuarla, creando así un batiburrillo de finales variopintos y escritos cada uno de una forma, fruto de las diferentes personalidades literarias de mi blogroll.

Había sólo una norma: que continuasen la historia de tal manera que no rompiese con la estética y el contenido de sus blogs personales. O sea, que si su blog es de informática, tendrían que hacer un final repleto de gadgets, widgets y links. Si su blog es pasteloso-personal, el final debería ser azucarado y apto para los paladares más románticos.

Espero que os guste la idea, ya que me ha encantado realizar este pequeño proyecto conjunto. Gracias a todos los que me habéis ayudado, espero que os divirtáis leyendo vuestros finales tanto como yo.

Y ya sin más preámbulos, os dejo con el principio del fin:

---------------------------------------------------------------------------


Se despertó pasadas las once, maldiciendo en voz alta por haberse olvidado de poner la alarma del despertador la noche anterior. Sin encender la luz, casi a tientas, se vistió velozmente y se recogió los rizos en una cola de caballo traviesa.

Subió las persianas de su dormitorio y descubrió un sol inmenso descansando en un cielo despejado y casi estival, por lo que la sonrisa se le escapó entre los dientes sin poder evitarlo.

Hoy tenía una cita, un encuentro que llevaba ya meses deseando, y nada ni nadie podría arrebatarle el cosquilleo alegre de la barriga ni la brillante mirada de Bambi con la que su compañero de piso la vio aparecer por la cocina.


-Joder, tía, parece que hayas pasado la noche retozando con Carlos Baute, menudo careto de felicidad…


-Idiota,- dijo ella llenándose el tazón de cerales sin perder la sonrisa- es que esta tarde he quedado con Juan. Iremos al cine y a cenar.


Manuel dejó caer de golpe el Penthouse sobre la mesa, salpicando de leche a la tetona rubia de la portada.


-¿Con Juan? ¿El chuloplaya ese que me presentaste el mes pasado en la fiesta de tu amiga? Tú estás loca, Amparo. Siempre buscas el amor de tu vida en tíos que piensan con la polla, así te va.


Amparo le sacó la lengua (llena de Frosties y colacao) y respondió:


-Tú qué sabes. Vale que Juan fuese un poco promiscuo en su adolescencia, pero ahora ha cambiado y es un tío súper interesante. Trabaja de locutor de radio y gana una pasta, y encima viaja todas las semanas a los Estados Unidos. Es un tío culto, maduro… y además dice que soy muy sexy, jijijj…


Manuel agarró su revista, la abrió por la página 16 y le acercó a su compañera una foto donde una buena mujer se mimaba a así misma con un consolador de 25 cm, murmurando entre carcajadas:


-Mira, para mí esto también es sexy. El término “sexy” es muy relativo…


No aguantó más. Se levantó de un salto sin mirar a su compañero borrando la sonrisa de su rostro de un plumazo, dejó el cuenco aún medio lleno de cereales en el fregadero y salió de la cocina no sin antes dedicarle un “¡gilipollas!” a Manuel, que siguió tan tranquilo leyendo su revista.



Qué sabría él de Juan, pensaba esta misma tarde mientras terminaba de ponerse el rímel y el colorete frente al espejo del baño. Las personas cambian, incluso ella misma…que hace unos años no hubiese sido capaz de llamar al tío de sus sueños y pedirle una cita. Pero ahí estaba ahora, imponente con su vestido de escote imposible y sus taconazos nuevos. Lista para comerse el mundo.

Cogió las llaves de casa, se puso colonia y bajó veloz las escaleras del bloque cuando vio aparecer el cochazo de Juan aparcando frente al portal.




-----------------Chán Chán-----------------------


Los participantes con blogs en los que podréis leer los supuestos presuntos finales son:


Txispas

La Flé (perdone usté por el lapsus, relinda)

Janton

Roboto

Albret

Óscar

Picomike

Eingel

Omega

Yyrkoon ¡Nuevo!

Mae ¡Nuevo!





Y nada más, os dejo para que vayáis raudos y veloces a seguir leyendo, eso sí, preparados para lo que pueda venir :P


Si tú también quieres participar, avísame y hacemos negocios ;)

Un besote para todos y... ¡elige tu propio final!





01 abril 2009

And the Oscar goes to...

¡¡¡Una de Rizos...!!!

Ains, qué bien nos está sentando la primavera a mi blós y a mí. Y digo ésto con ilusión y risa tonta porque los de Blog del Día han elegido a mi blog como representante del 2 de abril de 2009, oséase, hoy.
Y mentiría si dijese que no me hace ilusión y que paso de estos premios que le dan a tanta gente... porque coñe, ¡estoy encantada! ^_^
Me da igual todo porque me gusta dedicarle un ratito a mi blog cada día, y lo cuido y mimo como si fuese una de mis macetas del balcón. Por eso cuando alguien me vota en una web-directorio de blogs, considerando que lo que hago se merece una mención especial... ains, que me emociono, vamos.

Gracias a todos los que venís a leerme a diario. De corazón.
La entrevista que me hicieron así en plan Paris Hilton para la Interviú va pa tóh ustedeh. Muás.